lunes, 1 de octubre de 2012

ANTE TODO MURCIANOS

En un pueblo de Albacete, cuyo nombre omito por razones que no vienen al caso, hubo un alcalde franquista que harto de falsas promesas del Régimen para la construcción de una mas que necesaria carretera que les acercara a la civilización, aprovechando que le habían invitado un primero de mayo al Santiago Bernabéu, donde se realizaba la celebre “Demostración Sindical” de la desaparecida Educación y Descanso en un momento del acto se acercó al Ministro de Obras Públicas, Jorge Vigón Suerodíaz, y tras saludarle brazo en alto como mandaba el Régimen, le dijo: “Camarada ¿cuando nos vas a hacer la carretera?”
El pobre hombre salió del estadio madrileño sin ser ya Alcalde de su pueblo y según me contaban sus descendientes, por los que siento profundo respeto, amistad y admiración, tuvo que regresar a su pueblo en un camión de fruta que venía de vacío para Murcia y que a partir de aquel momento, cuando le preguntó al Ministro por la carretera de su pueblo, la desgracia cayó sobre él y su familia que tuvieron que soportar durante muchos años que les catalogaran de “rojos irredentos” incluso buscando la policía, en generaciones pasadas y en libros de familia, si tenían alguna conexión con republicanos. Lo hundieron para siempre. Menuda osadía dirigirse al Ministro para preguntar por la carretera de su pueblo. Eso no se podía perdonar.
Han pasado los años. España es una Democracia, gracias a Dios, y los españoles elegimos libremente y sin coacciones a nuestros representantes políticos. Sin embargo esa “Democracia” falla cuando llegan estos casos, y otros similares, pues prima antes que la “Democracia” la disciplina de Partido. Hoy el “partido” está por encima de los electores. Una prueba de ello es que cuando llegan los periodos de elaboración de listas, los puñales, corren solos por los pasillos de las sedes de todos los partidos políticos. De todos.
La solución la tendríamos si fueran listas abiertas. Si pudiéramos votar libremente a la señora o señor que lo merezca. Que luche por su pueblo o su Comunidad. Tendríamos seguramente equipos de Gobierno plurales y libres pues, al votar a la persona, prescindiríamos de las siglas políticas y en esto saldríamos ganando. Si “Pepe” lo hace bien para su pueblo, lo hace bien y punto. No nos importaría a que “partido representa” pues tendríamos muy claro que llegado el caso, Pepe, cantará las cuarenta a quien haga falta con tal de defender a sus votantes. Por desgracia, hoy, esto es ciencia ficción y queda muy lejos de la realidad de España. Urge y se impone actualizar la Carta Magna pues está muy bien para la época en la que fue redactada, la Transición, pero hoy ha quedado atrasada y obsoleta en muchos artículos que la conforman.

Esta larga introducción he querido hacerla porque no espero milagros de los alcaldes y representantes públicos de la zona afectada por las riadas. Ni espero tampoco, esos mismos milagros, del Gobierno de la Región de Murcia y, por favor, ahórrese la oposición de decirme nada al respecto pues ellos lo hacen exactamente igual. Insisto: la disciplina de partido prima sobre el interés de los ciudadanos. Esto es así y punto.
Tenemos mil pruebas y ahí están las hemerotecas, fonotecas y filmotecas de los Medios de Comunicación donde podemos consultar la actitud de extrema disciplina que en todo momento han tenido los representantes públicos en Madrid. ¿Van ahora a ser reivindicativos los de Lorca y Puerto Lumbreras con el Gobierno de España? Es una tremenda catástrofe la que tenemos “sobre la mesa”. Miles de millones  además de las pérdidas de vidas humanas que no hay cifra que las pueda cuantificar por supuesto.
¿Cómo y de que manera van a exigir de Madrid lo que necesitan sus municipios para poder sacar los pies del barro? ¿Qué ayudas van a solicitar y exigir para que las economías de estos municipios puedan recuperarse? ¿En que mesa van a dar el puñetazo? ¿Quién va a oír la voz de Lorca y Puerto Lumbreras? ¿Quién va a escuchar los lamentos de unas localidades arrasadas por las aguas desbordadas? Especialmente en Lorca donde todavía viven la pesadilla del Terremoto y estos días se le ha sumado la riada.
Ahora, hoy, todo son buenas palabras y promesas. Pero esto ya me lo conozco de memoria pues, hace tan solo dieciséis meses, por desgracia, la desolación y la muerte se pasearon libremente por Lorca destrozando vidas y enseres. ¿Qué me van a aportar hoy que no conozca? ¿Qué me van a contar que yo no sepa? Absolutamente nada. Promesas y más promesas. Buenas intenciones, no diré nunca que no, pero solamente eso. “Palabricas” (como decimos por Murcia) Palabricas…
Ahí se quedará todo. Lamentablemente. Disciplina de Partido por encima de los intereses de los ciudadanos que los han colocado ahí con sus votos. No habrá puñetazos en la mesa y mucho me temo que esta desgracia se sumará a la de los terremotos que, dieciséis meses después, no se ha hecho ni la cuarta parte de lo que Lorca necesita. Y pruebas tenemos miles.
Por cierto que ya va siendo hora que nos dejemos de victimismo político y empecemos a llamar las cosas por su nombre. Murcia pinta menos en Madrid que el tonto de mi pueblo en la Audiencia Provincial. ¿Qué va a pesar una Comunidad uniprovincial que apenas aporta diez diputados al Congreso? Absolutamente nada. A las pruebas me remito. La "voz" de Murcia no existe en la Carrera de San Jerónimo. Ni ha exisitido nunca en la moderna historia de España.
Estoy completamente seguro que a estos representantes públicos, los de Murcia, no les va a pasar como a aquel Alcalde de la Provincia de Albacete por muchos motivos. Pero sobre todo porque ninguno va a importunar al Ministro de turno para preguntarle ¿Cuándo me vas a arreglar todo lo de mi pueblo?


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