martes, 27 de septiembre de 2011

TERREMOTOS EN MURCIA

Repasando datos históricos de Murcia me encontré anoche  una noticia curiosa sobre los terremotos que se registraron en esta zona hace ahora doscientos ochenta y dos años. Fueron tan intensos y seguidos que, la Diocesis de Cartagena, dio órdenes a todos los sacerdotes de las parroquias de la ciudad y el Reino de que se celebraran misas y rogativas en todas las iglesias para pedir protección al altísimo ante el miedo y temor de las gentes.
Según las crónicas nadie dormía bajo techado y los moradores de las ciudades, especialmente de la capital, iban de un lado para otro sin saber exactamente hacia donde dirigir sus pasos. Fueron tan intensos y seguidos que algunos monumentos, especialmente templos, ermitas y conventos sufrieron daños irreversibles. La ciudad quedó semi destruida y la gente dormía en zonas abiertas y alejadas de los edificios.
Murcia vivía en aquellos años una paz y una prosperidad extraordinaria, hasta el punto de considerarse el siglo XVIII como el “siglo de oro murciano” gracias a la labor desarrollada por el entonces obispo de Cartagena Luis Belluga y Moncada al que, el 29 de noviembre de 1719, diez años antes de los terremotos, el Papa Clemente XI había nombrado Cardenal de la Curia y lo trasladó al Vaticano.
La labor de Belluga, en la Diócesis, y especialmente a favor de la causa de la legitimidad de la Casa de Borbón, en sus derechos dinásticos, fue determinante y marcó a Murcia ya que, este Reino, se puso del lado del pretendiente Felipe de Anjou y al conseguir el trono de España, el Rey, agradecido a Belluga y a Murcia la colmó de beneficios.
Durante la Guerra de Sucesión española que estalló en 1702, Murcia se decantó por Felipe V y colaboró para instaurar la nueva casa real de los Borbones que llegaba desde Francia. El 9 de febrero de 1705 Felipe V nombra, a Belluga, obispo de la diócesis de Cartagena y más tarde virrey y capitán general de los reinos de Murcia y Valencia. Luis Belluga entonces se opuso al cambio que efectuó el rey Felipe V de la capitalidad del Reino de Valencia desde Valencia a Orihuela, debido a la cercanía de este centro religioso, cultural y ahora político a Murcia. En protesta dejó el virreinato.
Pero volvamos al tema de los terremotos. Aquel otoño, según las crónicas, fue terrible para todo el Reino de Murcia pues comenzaron con fuerza el día 25 de septiembre y no pararon hasta Navidad. Fueron tres meses de continuos movimientos sísmicos que obligaron a la Iglesia a solicitar la ayuda divina autorizando rogativas y cultos extraordinarios. Procesiones, novenas y misas para encomendarse a Dios en tan difíciles momentos.
Las rogativas eran uno de los recursos espirituales más frecuentes para pedir auxilio a la Divinidad frente ante todo tipo de calamidades. El Obispo organizó una rogativa de cuarta clase (oración en el ofertorio) y otra de tercera (misas cantadas sin procesión con oración en el ofertorio pidiendo protección). Curiosamente en este tipo de cultos se utilizaba el llamado “Canto Llano” que no era otra cosa que himnos litúrgicos adaptados de tal manera que el pueblo llano e inculto, en su mayoría, podía seguirlos sin mayores complicaciones. Se dejaba el latín litúrgico para las grandes solemnidades festivas y las “Rogativas” se realizaban en lo que los clérigos denominaban “Canto Llano” para que su seguimiento y comprensión fueran mucho más sencillos.
Dada la curiosidad del texto y al tratarse de una efeméride que tiene relación con el día de hoy, 27 de septiembre, rescato este texto de los archivos catedralicios que está recopilando el profesor Muñoz Zielinsky y que hacen mención expresa a los terremotos que asolaron Murcia hace doscientos ochenta y dos años. Curiosamente también era martes.
Martes por la tarde, despues de horas del coro que se contaron veinte y siete de septiembre de mil setztos veinte y nuebe años, con el motivo de haverse experimentado en esta Ciudad de Murcia repetidos terremotos que han puesto en confusion a sus habitadores y en peligro los edificios, Acordo el Cavildo con el dictamen del Sr Obispo, a quien consulto el Sr Dean, que desde dhº dia por las tardes y por nueve dias continuados, despues de completas se cante en esta Stª Yglesia a canto llano la letania de los Santos con las oraciones correspondientes a la urgenzia presente, asistiendo dhº Yllmº Sr Obispo con el Cavildo y dhºs residentes del Coro, y que mañana, miercoles veinte y ocho del corriente, despues de sextas, con la misma asistencia y de la Capilla de Musicos se cante una Misa Solemne de rogativa pidiendo a Dios Nrº Sr, se digne aplacar su ira y justa indignacion liberando a este pueblo y los demas del azote de los terremotos y peligros que amenazan.
Y asi se executo como ba expresado, y asi se disolvio el Cavildo que para este efecto se allaron en el Coro de esta Stª Yglesia.

Si usted, desconocido lector, ha llegado hasta este punto del relato y ha leído el documento histórico que sirve de base al mismo se habrá dado cuenta que la Iglesia, en aquellos años, atribuía a “la ira y justa indignación de Dios” los terremotos que asolaron el viejo Reino de Murcia. Y las buenas gentes lo creían.
Como verán también, la tierra murciana, no ha estado libre jamás de los movimientos sísmicos y han sido incluso demasiado frecuentes en siglos pasados. Nada nuevo por tanto lo que hoy estamos viviendo doscientos ochenta y dos años después cuando vemos, impotentes, como la Región viene sufriendo desde el pasado 11 de mayo, cuando sufrimos en Lorca el mayor terremoto de los últimos años, una serie de movimientos telúricos que nos tienen en permanente alerta.
TODOS CON LORCA. TODOS SOMOS LORCA.



lunes, 26 de septiembre de 2011

ROMA SE LEVANTA CON EL VA PENSIERO

 Silvio Berlusconi, muy a su pesar, debió enfrentarse a la realidad. Un sector de la población ya empieza a estar harto. La historia de este suceso, de la que poco hemos sabido, es interesante:  Italia festejaba el 150 aniversario de su creación y en esta ocasión se representó en Roma la ópera Nabucco, de Giuseppe Verdi, dirigida por el maestro Ricardo Muti.

Nabucco evoca el episodio de  la esclavitud de los judíos en Babilonia, y el famoso canto "Va pensiero" es el canto del coro de esclavos oprimidos. En Italia, este canto es un símbolo de la búsqueda de la libertad (en los años en que se escribió la ópera, Italia, estaba bajo el imperio de los Habsburgo y la gente la tareraba como una consigna de libertad frente al poder de los austriacos.) Cuentan las crónicas que tras el estreno el 9 de marzo de 1842  en la Scala de Milán, la melodía del coro "Va pensiero", que surgió en primer lugar, se convirtió en la canción de súplica y combate de todos los patriotas italianos que se identificaban con el pueblo hebreo en su hora más difícil y se esforzaban por liberarse de la dominacion austriaca. 

Antes de la representación hace unos meses como homenaje a Italia, Gianni Alemanno, alcalde de Roma, subió al escenario para pronunciar un discurso en el que denunciaba los recortes del presupuesto de cultura que estaba haciendo el Gobierno, a pesar de que Alemanno es miembro del partido gobernante y había sido ministro de Berlusconi. Esta intervención del alcalde, en presencia de Berlusconi que asistía a la representación, produjo un efecto inesperado.

Ricardo Muti, director de la orquesta, declaró al "Times":
"La ópera se desarrolló normalmente hasta que llegamos al famoso canto "Va pensiero". Inmediatamente sentí que el público se ponía en tensión. Hay cosas que no se pueden describir, pero que uno las siente. Era el silencio del público el que se hacía sentir hasta entonces, pero cuando  empezó el "Va Pensiero", el silencio se llenó de verdadero fervor. Se podía sentir la reacción del público ante el lamento de los esclavos que cantan:
"Oh patria mía, tan bella y tan perdida."


Cuando el coro llegaba a su fin, el público empezó a pedir un bis, mientras gritaba "Viva Italia" y "Viva Verdi". A Muti no le gusta hacer un bis en mitad de una representación. Sólo en una ocasión, en la Scala de Milan, en 1986, había aceptado hacer un bis del "Va pensiero".
"Yo no quería sólo hacer un bis. Tenía que haber una intención especial para hacerlo" - dijo Muti -.

En un gesto teatral, Muti se dio la vuelta, miró al público y a Berlusconi a la vez, y se oyó que alguien entre el público gritó: "Larga vida a Italia!". Muti dijo entonces:
"Sí, estoy de acuerdo: "Larga vida a Italia", pero yo ya no tengo 30años, he vivido ya mi vida como italiano y he recorrido mucho mundo. Hoy siento vergüenza de lo que sucede en mi país. Accedo, pues, a vuestra petición de un bis del "Va Pensiero".  No es sólo por la dicha patriótica que siento, sino porque esta noche, cuando dirigía al Coro que cantó "Ay mi país, bello y perdido" , pensé que si seguimos así vamos a matar la cultura sobre la cual se construyó la historia de Italia. En tal caso, nuestra patria, estaría de verdad "bella y perdida".

Muchos aplausos, incluidos los de los artistas en escena. Muti prosiguió.
"Yo he callado durante muchos años. Ahora deberíamos darle sentido a este canto. Les propongo que se unan al coro y que cantemos todos  en este teatro el "Va pensiero"

Toda la ópera de Roma se levantó. Y el coro también. Fue un momento mágico. Histórico. Irrepetible. La música inmortal de Verdi, el mas grande de los compositores italianos, cobraba vida de nuevo como un canto de libertad en una noche tan especial. En un himno frente a los gobiernos totalitarios. Una manifestacion popular, sin haber estado preparada, que la inmortal partitura de Verdi habia conseguido, de nuevo, 169 años despues de su triunfal estreno en la Scala de Milan.

Les dejo el enlace de la RAI que me ha llegado para ilustrar esta noticia que habla de LIBERTAD.


sábado, 24 de septiembre de 2011

NOCHE DE OTOÑO

He apagado todas las luces. He desconectado el teléfono fijo de casa y también he hecho lo mismo con el móvil, esa maravilla de la tecnología, que me ha tenido enganchado al mundo exterior con no sé cuantos programas, internet, “guasap” e incluso navegador para no perderme. Delante de la pantalla del ordenador he abierto el “Word” y no se por donde comenzar la confesión. Llueve. Escucho el sonido monocorde de las gotas cayendo sobre el tejado.
Es madrugada. Silencio y soledad. Soledad y silencio. No puedo dormir. Las horas se desgranan en el reloj de mi vida lentamente. No, no es el reloj que llevo en la muñeca de mi brazo izquierdo. No, ese no es. Es otro. Es el reloj de arena que hipotéticamente tenemos asignados todos desde el primer día que nacemos. Mis granos van cayendo uno a uno desde la parte superior a la inferior y es imparable su caída. Nadie puede parar el incesante goteo. Nadie. Y cuando el último grano de arena caiga ya todo será pasado. “La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros ya no somos.” Es un hermoso pensamiento de Antonio Machado que un día leí en las memorias de este hombre extraordinario.
Soledad y silencio. Silencio y soledad. Entonces cuando la arena del reloj camina hacia la nada, la vida, te pasa por delante a modo de una vieja película en blanco y negro. Ves claramente errores y aciertos. Ves vacíos y desprecios. Te das cuenta de quién es tu amigo. Quien te ayuda. Quien no lo hace. Te ves en manos de un caprichoso destino que juega contigo y que no puedes hacer nada para impedirlo. Incluso llegas a verte como un niño desvalido y solo al que le falta la mano que guie sus pasos en este tortuoso caminar que todos tenemos que cruzar de una u otra manera. A la fuerza. Un camino que aunque alguna vez tenga rosas o flores, está marcado por cardos y espinos. ¿Para qué sirven las rosas si son solo un espejismo a la vista pues esconden sus espinas?
Es estos momentos, también, en el que te das cuenta de quién es cada uno de los que tienes más próximos y cercanos y qué lugar ocupan en tu corazón. Los que te ayudan; los que pueden hacerlo pero no lo hacen, los que se preocupan por ti, a los que no les preocupas nada, los que sufren a tu lado o los que incluso dicen que sufren pero les importas lo mismo que la caída de un rayo en alta mar. Los que van sin careta o los que la llevan de manera permanente. Pero eso sí, la pose, la mantienen hasta el final para intentar que vivas en el engaño. Hay de todo y para todos los gustos. Lo mismo que hay gentes, buenas gentes, sinceras que demuestran su amistad inquebrantable estando a tu lado en los momentos más duros y difíciles. Pero estos son los menos. Los otros se acercan atraídos por el brillo de tu nombre, tu posición social o lo que representas y cuando las luces dejan de brillar en tu particular firmamento y las tinieblas se acercan, salen huyendo buscando otros cielos donde las estrellas brillen con mayor fulgor. Las tuyas se están apagando.
La amistad es un alma que habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas”  dijo Aristóteles. Siempre me gustó esta cita que nunca he olvidado como tantas y tantas otras que se han dicho y escrito sobre la amistad. Pero no es fácil ponerlo en práctica. Soledad y silencio. Silencio y soledad.
Has vivido en una nube. Te han hecho vivir en continuos espejismos y has caído en la trampa de los aduladores, los pretenciosos, los que te han utilizado y los que incluso te declararon un amor y fidelidad que en absoluto sentían.
 Amor ¿qué es el amor sino un espejismo más en la vida? Si no recuerdas la más ligera locura en que el amor te hizo caer, no has amado.” La frase no es mía. Mi imaginación no llega a tanto. Es de William Shakespeare y la leí en un librito sobre el amor que una vez me regalaron. No la he olvidado. Un librito que significó mucho para mí y que guardo como el mejor de los tesoros en un cajón de este escritorio. Uno de mis tesoros. Y en otro cajón, en el de mi alma, también guardo el amor que tengo hacia esa persona que nada ni nadie pudo borrar jamás. Fue un amor imposible. Mi gran tesoro.  Pero ¿para qué sirven los tesoros? ¿Para qué sirve un amor en el alma? Y esta noche, cuando el reloj de arena de la vida, sigue desgranando imparable el goteo de los granos te das cuenta que te quedan pocos. Que el final se acerca. Que todo ha llegado al punto de origen si es que por origen podemos situar ese momento que nadie recordamos y que marcó nuestro paso del otro lado hacia este mundo. El nacimiento.
Dice una vieja leyenda que, al comienzo, venimos con toda nuestra existencia grabada en una parte del  cerebro y que somos capaces de saber lo que ocurrirá en todos y cada uno de los días de nuestra vida pero, como eso sería para volvernos locos, un ángel llega hasta nosotros en el mismo momento de nacer y nos toca la frente con su dedo para borrar todo lo que llevamos escrito. Y lo consigue.
Pero el ángel que tenía que llegar en el instante de mi nacimiento no llegó o no hizo bien su trabajo. Él, que tenía  que borrarme todo lo que me ocurriría en mi pobre existencia, se le hizo tarde y por eso sé cuándo va a llegar el momento del final y cuando caerá la última gota de arena del viejo reloj de mi vida. Borró de la memoria experiencias y desengaños que, de haberlo sabido, no hubiera repetido tantas y tantas veces. Yo he tropezado en la misma piedra y así me ha ido siempre. Pero sin embargo retiró el dedo demasiado pronto de mi frente de recién nacido y no borró el momento de mi muerte. Ese que veo nítidamente que se acerca de manera inexorable.
Soledad y silencio. Silencio y Soledad. Son las horas de la alta madrugada y no puedo conciliar el sueño. Fuera llueve. Oigo caer el agua sobre el tejadillo de esta buhardilla que ha sido, desde siempre, mi refugio. Es otoño. El último grano del reloj de arena está cayendo. El ángel no borró ese dato de mi memoria. El momento ha llegado.

-En la semi penumbra de la habitación, donde únicamente se ven los reflejos de la pantalla del ordenador, un resplandor a modo de relámpago lo ilumina todo. Son décimas de segundo. Un estruendo, como un trueno, se escucha en el silencio y la soledad de la noche.  Su cabeza se desmorona rota en mil pedazos sobre el teclado y de su mano inerte cae al suelo una pistola.

martes, 20 de septiembre de 2011

FOTO EN EL SOLAR

Con todo respeto me dirijo a ustedes dos, señores candidatos nacionales, ante el inminente inicio de las hostilidades dialécticas y propagandísticas  de esta próxima campaña electoral que nos conducirá directamente al domingo 20 de Noviembre. Por cierto que vaya fecha pero en fin que le vamos a hacer. Tiene su gracia no me digan que no. Pues treinta y seis años después de aquello que todos recordamos vivir una jornada electoral tiene su morbo.
Me dejo la introducción y paso directamente al motivo de mi carta, escrito, o como deseen ustedes llamarlo.
 Lo que yo quiero pedirles, con todo respeto, es que se “olviden” de Lorca para hacer campaña electoral. Miren, es una ciudad que está saliendo, afortunadamente, de los horrores de aquellos terremotos del once de mayo ¿lo recuerdan? Seguro que sí pues para eso tienen asesores. Los lorquinos son gentes maravillosas, luchadoras, emprendedoras pero tienen su paciencia agotada al ver cómo, en estos mas de cuatro meses, las administraciones se culpan unas a otras de haber hecho poco por ellos. El célebre “y tu mas” se ha instalado entre los políticos de ambos bandos, esos que ustedes lideran, y en lugar de buscar soluciones y arreglar todo cuanto hay que arreglar que es mucho, por cierto, se pasan la patata caliente de unos a otros. Y se entretienen “y nos entretienen” dando un lamentable espectáculo.
Solo faltaba que ahora, por aquello de la pre-campaña y la propia campaña, vengan ustedes a pasearse por las calles de Lorca hacerse unas fotos en cualquier solar previamente preparado, lógicamente, e incluso abrazar a una señora con lagrimas en los ojos a la que ustedes, estoy seguro, consolaran dando un fuerte abrazo que después veremos en todas las televisiones y en la portada de los diarios nacionales. No, por favor, eso no. Dejen el teatro pues ya se inventó más de tres mil años antes de que Jesus naciera en Belén. Está todo muy visto señores míos. La gente no les va a votar más porque se hagan las fotos en las calles de Lorca. Ahórrense, para eso, el viaje por favor. Para eso, no vengan. Y no piensen que por una foto de portada en un solar van a conseguir más votos. Aquí ya, por desgracia, nadie es tonto ni nadie comulga con ruedas de molino. Eso ya no vale, no sirve. Ahórrense la foto y el paseo. No se manchen los zapatos. No merece la pena.
¿Saben ustedes realmente las necesidades de Lorca? Sí, estoy seguro que si, pues desde sus respectivos y mayoritarios partidos les pondrán al día la víspera del viaje e incluso durante el mismo a bordo de un confortable medio de transporte. El asesor de turno les dirá: Tenemos tres mil casas derribadas, no sé cuantos solares, miles de hogares dañados y con sus dueños diseminados en casas de familiares, gente todavía en tiendas de campaña en un lugar que se llama la Torrecilla, los monumentos históricos están así o “asao”… en fin les darán la lección y ustedes dos, extraordinarios alumnos suficientemente preparados vendrán  se pasearan, se harán la foto en el solar y nos soltaran lo mismo que el asesor les ha dicho horas antes. Después prometerán el “oro y el moro” Dirán, estoy seguro, que Lorca será la prioridad en el momento de llegar a la Moncloa y que lo primero que van a hacer, nada mas jurar el cargo ante el Rey, será meterse en el despacho para firmar decretos de ayudas y enviar “euricos” en sacos para los lorquinos. No señores míos. No. Con todo mi respeto. No y mil veces no. Por favor no utilicen el dolor de la gente para sacar réditos electorales y conseguir votos en las urnas. Ese no es el camino desde luego.
 ¿Saben que puede pasar? Que las buenas y maravillosas gentes de Lorca, cansadas y hastiadas, les canten las verdades del barquero y que incluso les regalen alguna sonora pitada. No se piensen que Lorca es Villar del Rio y ustedes son los “americanos” que se van a pasear del brazo del alcalde con Lolita Sevilla cantándoles aquello de “Americanos, vienen a España guapos y sanos”…. Pepe Isbert y Manolo Morán, por desgracia, murieron hace muchos años y también lo hicieron Bardem y Berlanga y bien que los echo de menos.
Vengan, por supuesto, si ese es su deseo pero dejen el teatro para los actores. Lleguen con propuestas concretas, con realidades tangibles, con ayudas más que necesarias y dejen la “parafernalia” electoral para otra ocasión pues las buenas gentes de Lorca no se merecen más mentiras y mucho menos asistir de actores al lamentable espectáculo del “y tu mas” cuando las dos administraciones se pelean por quíteme usted esas pajas. Soluciones ya. Concretas. Sin más rodeos. Sin más peleas. Sin más cruces de acusaciones.
¿Saben que sería bueno aunque imposible? Que vinieran los dos juntos. Que comparecieran juntos. Que reconocieran sus múltiples errores y todo cuanto se prometió y no se ha hecho para a continuación hacer un compromiso público de trabajar por y para Lorca sea quien sea el próximo Presidente del Gobierno. Repitan las escenas del día después de la tragedia cuando pensábamos, al escucharles, que Lorca era prioritaria. Hoy nos hemos dado cuenta, con dolor, que todo era una pose fingida. Que también estábamos en campaña.
Ah y un último apunte. Como no les veo muy puestos en historia me permito recordarles que, Lorca, es tierra bravía y que por las venas lorquinas corre sangre con los genes de Fajardos y Chacones que, incluso, plantaron cara al mismo rey de las Españas y que, en la corte, se les tenía un respeto extraordinario. Yo diría que les tenían incluso temor y miedo. Bonicos fueron los Fajardos. Desde el siglo XIV (1.387) aquel Alonso Yáñez Fajardo, fundador de la dinastía, hasta bien entrado el siglo XVIII con Joaquín Fajardo y Toledo, cuando se extingue el linaje al no tener descendencia este último, las páginas de la historia están jalonadas de sus hazañas guerreras.
 No se olviden que aquellos nobles caballeros de siglos pretéritos llenaron de gloria, con sus gestas, páginas completas de la olvidada historia de España. Esa que, hoy, muchos desconocen por las pésimas políticas educativas que han puesto en marcha siempre los gobiernos de este país que parecen avergonzarse de nuestra historia.
 Lleven cuidado señorías no vaya a ser que provoquen la sangre de los nobles guerreros lorquinos que tanta gloria dieron a la historia y resuciten en sus tumbas para hacer justicia con sus conciudadanos.
TODOS CON LORCA. TODOS SOMOS LORCA.  

domingo, 18 de septiembre de 2011

REFLEJOS DE FERIA

Ha llegado el final del mes de setiembre. El mes de los soles amarillos, el de las luces de la atardecida mas tibia, el que por aquí por estos lares llamamos el del "veranico de los membrillo"  cuyos calores finales son quizá mas rigurosos que los de meses precedentes. Es además el anuncio del final de un tiempo de veraneo, asueto y ocio, y el comienzo de otro en el que todo vuelve a la normalidad tras el obligado paréntesis vacacional. Es entonces y solo entonces cuando regresa, cada año, fiel a su compromiso con el calendario festivo esa vieja y siempre joven y renovada feria de Lorca.
 Y la torre alfonsí, señora de soledades, lo sabe y lo espera, por ello en las tardes septembrinas se adorna y acicala, se pone el sol por mantilla que cubre sus piedras desnudas y la luna por peineta, se perfuma con penetrante olor de los huertos cercanos y se empina sobre sus cimientos para asomarse entre el entramado de los tejadillos de la ciudad centenaria y contemplar con embeleso como todo se transforma gracias a la fiesta. Y este año mas que nunca después de tanto dolor y sufrimiento.
La torre centenaria contemplará solares donde otrora hubiera vida. Se asomará a San Diego, San Cristóbal o la Viña. Mirará las torres y campanarios dañados por los seísmos pero, desde lo alto del cerro milenario, mandará mensajes de esperanza a los hombres y mujeres que viven la feria en un dédalo de callejuelas transformadas en escenario propicio donde el reencuentro se hace más hermoso si cabe después de tantos llantos compartidos.
Y es que la Feria, tal como la entendemos los murcianos, no es otra cosa que un momento propicio, preciso y precioso, para dar rienda suelta a la ilusión, a la fantasía y ¿por qué  no? también para la nostalgia soñando con una juventud pasada y con la esperanza puesta en aquellos otros que ahora vienen a la vida con la confianza que también ellos, en un mañana cercano, tengan de la Feria los mismos bellos recuerdos que hoy tenemos los que peinamos canas.
Es en estos días de septiembre cuando la torre Alfonsí se asoma nostálgica también a las viejas arterias de la ciudad recuperando, por unas horas, la fastuosidad y el esplendor perdido en la noche de los tiempos. Lorca se transforma en escenario propicio para un cuento de las Mil y una Noches. La ciudad se mueve en una efervescencia incontrolada de alegría festiva y celebra como se merece la llegada de unas jornadas que a todos alegre. Ya habrá tiempo de volver a la rutina. Ya llegará el momento de reencontrarse con la cruda realidad. Ahora  toca el tiempo de la fantasía desbordada en aras de una fiesta siempre eterna.
Y allá abajo, en Santa Quiteria, en el Huerto de la Rueda, donde hasta hace muy poco en tiendas de campaña se daba cobijo a los que nada tienen pues todo lo perdieron tras la furia desatada de la tierra, allí mismo donde hubo lagrimas y sufrimientos, una ciudad de la ilusión y la fantasía se levanta año tras año para hacer felices a hombres y mujeres de todas las edades y de manera especial, a los mas pequeños.
 Es el efímero reino de la Montaña Rusa, el Látigo, los Coches de Choque, el Carrusel, el Tren de la Bruja, la Noria o los eternos Caballitos que nunca pueden faltar en una feria de atracciones que se precie. Junto a ellos, los de toda la vida, modernos artilugios hidráulicos que te sumergen en las mas arriesgadas empresas espaciales o en las aventuras mas atrevidas en el fondo del mar. No faltará en el recinto la Tómbola donde te puede tocar desde una bicicleta a un frigorífico pasando por el muñeco de moda, un televisor o un humilde y sencillo peine. Sin olvidarnos de la también eterna “muñeca chochona” que desde los altavoces anuncia una voz ronca y grave que ha venido vendiendo la misma mercancía por todas las ferias de la vieja España.
 Y todo ello amenizado por la música mas escuchada a lo largo del verano y que de tanto repetirla, la conocemos de memoria. Tampoco faltarán los puestecillos de juguetes, herederos de aquella tradición de “feriar” a la chiquillería cuando precisamente, los mas pequeños, esperaban estos días para conseguir tan preciada mercancía.
También encontraremos las casetas donde probar la puntería con una escopeta de aire comprimido, para intentar derribar con “perdigones” o tapones de corcho un mondadientes que sostiene, a duras penas, un botellín de coñac, anís o licor.
Pruebas de fuerza y destreza para colar aros por el cuello de las botellas. Otras  casetas donde se podran abatiar a pelotazos de trapo cualquier muñeco como blanco. Y también esas otras donde podremos degustar un trozo de turrón de almendra, de yema, de guirlache o esas riquísimas manzanas, que todos hemos comido alguna vez, cubiertas de dulce y empalagoso caramelo.
 En medio de toda esta vorágine festiva y bullanguera, en cualquier rincón de este mágico recinto, encontraremos un humilde puestecillo que nos ofrece las primeras “panochas” asadas a las brasas, el panzudo membrillo de los huertos cercanos o la bolsa de “jínjoles” maduros que, es tradición hacerlo, iremos saboreando mientras paseamos por el ferial.
 En este rincón de la fantasía y la ilusión todo tiene cabida, es el país encantado de la infancia que en él da rienda suelta a sus sueños y se siente feliz en su barahúnda, gozando el estrépito que producen al fundirse músicas, propagandas de altavoces, pitidos, sirenas y gritos de entusiastas gargantas infantiles que viven con cierto miedo sus primeras experirencias de aventuras al adentrarse en la negra boca del tunel del "tren de la bruja".
Y sobre los tejados de la ciudad que abraza y protege este recinto encantado se alza majestuosa y soberana la silueta iluminada de la torre Alfonsí que viste sus mejores galas en una noche de feria.  La luna baña de plata la escena y enjgua con su eterno pañuelo de seda el sufrimiento de las buenas gentes de Lorca que tienen la obligacion, hy mas que nunca, de vivir con ilusiones renovadas la Feria.
 Mientras un palio de estrellas cubre de misterio la noche y sirve de anuncio y pregón para un nuevo amanecer donde, Lorca, volverá a florecer entre naranjos y será perfumada de azahares al romper el alba que anuncia la vida nueva.
TODOS SOMOS LORCA.