Tal
dia como hoy un 16 de julio que, ademas, coincidió que también era lunes pero hace ochocientos años tuvo lugar una de
las batallas mas famosas para la cristiandad y que marcó para siempre el
complejo devenir de la historia. De no haberse dado aquel acontecimiento en
tierras andaluzas lo mas posible es que ahora el Islam gobernara las viejas
tierras de la Península o que incluso su imparable poder se hubiera establecido
mas alla de los Pirineos.
Este 16 de julio, de hace ochocientos años, fue clave
para la historia de España pero claro, los mamelucos de turno que dictan las
leyes educativas de este pais, ultimamente, consideran politicamente incorrecto
todo lo que se refiere a las viejas paginas de la historia y mas, si estas,
tienen que ver con triunfos sobre el mundo islámico. Te sale el tonto de
turno diciendo que eso no es politicamente correcto y ahí se acaba la historia.
Así estamos como estamos y nuestros escolares no tienen ni idea de las gestas
que este pueblo realizó desde la noche de los tiempos. Hay que joderse.
Lo
extraño es que siendo, la de hoy, una efémeride en toda regla nadie se haya
hecho eco de la misma y pase casi desapercibida cuando tal dia como hoy, los
guerreros cristianos de media España se unieron, hartos ya de los saqueos y conquistas
almohades y frenaron a los seguidores del Islam junto a Despeñaperros en un
lugar de los cerros de Santa Elena en la provincia de Jaen y muy cerca de lo
que hoy es La Carolina. A esta pagina de la historia se la conoce como la
BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA. Tal día como hoy hace ochocientos años.
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cuadro de la batalla de las Navas de Tolosa que se conserva en el Palacio del Senado. |
Todavía,
aquel 16 de julio, no se celebraba ni conocía la advocacion mariana de la
Virgen del Carmen, para eso habrian de pasar todavia mas de cuarenta años pues,
según la tradicion, fue el 16 de julio de 1251 cuando según la fe popular, la Virgen, se
le apareció a Simon Stock, prior de una comunidad de eremitas instalada en el
monte Karmel de Israel, tambien llamado “Al-Karem”, el Jardin, que estaban por
aquellos pagos llevando vida de sacrificio y amor a Dios pues según las
sagradas escrituras en aquellos parajes israelies fue donde el profeta Elias
subió a los cielos en un carro de fuego. Desde entonces el lugar se convirtió
en foco de espiritualidad y en aquella comunidad de anacoretas, la Virgen, se
apareció a Simon con el habito marron y el escapulario diciendole ademas que
sería la mediadora con las ánimas del purgatorio. De ahí nació la devocion a la
“Virgen del monte Karmel”, Virgen del Monte Carmelo, Virgen del Carmen.
Ahí, igualmente, nacerían las comunidades carmelitas repartidas hoy por los
cinco continentes. Pero como me he apartado de la historia principal con
permiso, del desconocido lector, me vuelvo al desarrollo de la misma.
Estábamos
en un caluroso amanecer del lunes 16 de julio de 1212. Desde tres dias antes,
el viernes 13, se habian estado concentrando las tropas cristianas en aquellos
pagos de Despeñaperros. Entonces la llamada “unidad de España” y por tanto un
solo reino estaban bastante lejos. Deberian de pasar casi doscientos cincuenta
años para que la boda de Isabel y Fernando unificaran los reinos de la
Peninsula pero en pleno siglo XIII, la Peninsula Ibérica, era un caleidoscopio
de pequeños reinos de mayor o menor extension. Grandes señores feudales,
ordenes de caballeria y mercenarios que vendian su espada al mejor postor. Algo
parecido a lo que ocurría en Al-Andalus pues, precisamente en esta batalla de
las Navas, Mohamed An-Nasir, todopoderoso caudillo y señor Almohade, contó con
la ayuda de los temibles bereberes, los egipcios y las tropas nomadas del
desierto que a su llamada y ayuda cruzaron el estrecho poniendo un alto precio
a sus servicios de armas.
En
el lado cristiano, hartos de tanto desman de los almohades y de mantener hoy si
y mañana tambien una continua guerra de guerrillas, escaramuzas, saqueos y
matanzas, Alfonso VIII de Castilla, el Arzobispo de Toledo y el apoyo del Papa
Inocencio III, juntaron a todos los señores de la vieja piel de toro y los
enrolaron en esta cruzada comun. Alli estaban los navarros, aragoneses,
portugueses, voluntarios franceses, los del viejo reino de Leon, los señores de
Vizcaya y por supuesto las ordenes militares en especial los Templarios que,
sin saberlo ellos por supuesto, les quedaba tan solo un siglo de vida antes que
el insaciable rey frances Felipe IV el Hermoso y el papa Clemente V, junto a
los dominicos (expertos en quemar herejes en las hogueras del mundo) acabaran
con la orden del Temple únicamente por envidia de su poder y especialmente por
sus bienes. Pero esto fue otra historia.
El
viernes 13 de julio de 1212, los ejercitos de la Cruz, se apostaron por los
terrenos jienenses y a partir de ese dia, el sabado 14 y el domingo 15, se
sucedieron una serie de escaramuzas. Hasta que amaneció el lunes 16. Según las
cronicas de guerra una jornada muy calurosa.
Imaginen toda aquella maquinaria
guerrera, de ambos bandos, bajo el sol inmisericorde del verano andaluz. Mas de
cuatrocientos setenta mil mulsulmanes frente a ciento ochenta mil cristianos.
Si bien las cifras parecen exageradas por los cronistas medievales y lo mas
ajustado a la realidad es que pudieron ser unos ciento cincuenta mil en el
bando de la media luna y aproximadamente unos sesenta mil en el bando de la
cristiandad. De una u otra forma, los de los reinos cristianos peninsulares
estaban en clara desventaja frente a los almohades. Pero al final, que es lo
que importa, el triunfo se decantó del lado de los estandartes y pendones de la
“cruz” y el imperio Almohade en Al-Andalus y por tanto en la Peninsula sufrió el mas serio reves
y le obligó a replegarse y pactar con los señores de la cristiandad. Comenzaba
la desaparicion del Islam de la Iberica conquistada.
Fue
sin duda esta batalla de las Navas de Tolosa, para la historiografía árabe la
batalla de Al-Uqab, la mas importante mantenida en la Peninsula contra las tropas
cristianas y la que marcó su derrota definitiva, o un paso importante hacia
ella, desde que en el año 711 cruzaran el estrecho comandados por Muza.
Pero
esta España nuestra cada dia es mas olvidadiza. Cada dia parece avergonzarse
mas y mas de su pasado y oculta de las enseñanzas todas estas paginas que no
solo marcaron nuestra historia, sino la del mundo en general. Por ejemplo,
ciñendonos a las Navas de Tolosa, si los almohades hubieran salido victoriosos
aquel dia, Castilla hubiera desaparecido. Los reinos del norte igualmente y la
expasion islamica, tranquilamente, hubiera cruzado los Pirineos pues en
aquellos años, los vecinos del norte, no estaban precisamente fuertes en lo que
a gobiernos se refiere y tambien ellos andaban partidos entre mil señores de la
guerra. Las Navas de Tolosa cambiaron el mapa de la vieja Europa conocida
entonces.
Pero
hoy, a nuestros escolares, les sabe a “chino” el nombre de las Navas. Como el
de Lepanto, Trafalgar y tantos otros donde los españoles nos batimos el cobre,
dimos la sangre y regamos con ella campos yermos y mares turquesas que se
convirtieron en granates por su heroico comportamiento en el combate.
Hoy
no es “politicamente correcto” recordar todo aquello y a mi se me revelven las
tripas de ver como nos avergonzamos de nuestro pasado. Cualquier dia, otro
pueblo, otra raza, otra nacion, se mostraría tan cicatera a la hora de
rememorar su pasado. Cualquier dia, por ejemplo, en Estados Unidos iban a
renunciar a estas gloriosas paginas de la historia si ellos las hubieran
protagonizado. O los franceses, alemanes, ingleses (especialistas en rememorar
batallas aunque sean falsas o leyendas) pero España es diferente para todo y hoy, porque no es politicamente correcto y
por no “enfadar” a nuestros vecinos del
otro lado de Gibraltar, nos da vergüenza hablar de estas victorias y de estas
paginas que con tanta gloria escribieron para la historia nuestros antepasados.
No
es politicamente correcto dicen. Yo si pienso que lo que no es politicamente
correcto es mantener a tanto bobo suelto por
estas tierras de la vieja piel de toro.
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Escena de la batalla de las Navas de Tolosa en un códice de la época |
Muy buena crónica histórica de tal día cómo hoy...
ResponderEliminarBesicos salados desde el Mar Menor