Porque las rosas buscan en la frente
un duro paisaje de hueso
y las manos del hombre no tienen más sentido
que imitar a las raíces bajo tierra…
un duro paisaje de hueso
y las manos del hombre no tienen más sentido
que imitar a las raíces bajo tierra…
(Gacela de la huida. Federico García Lorca)
Aquel dia era miercoles 11 de mayo. Un dia como
cualquier otro. Incluso un poco mas caluroso de lo habitual por estas tierras.
En torno a las cinco de la tarde la tierra tembló por primera vez en Lorca con
una magnitud de 4.5 en la escala de Rigther. Y apenas dos horas después, en
torno a las siete menos diez, la sacudida fue muchisimo mayor y mas
devastadora. La magnitud alcalzó los 5.1 grados. El caos, la destruccion, la
desolacion y la muerte se pasearon por la ciudad a lomos de los caballos
apocalipticos que anuncian el fin del mundo. Los seismos dejaban tras de si
nueve muertos, mas de trescientos heridos y miles de personas sin hogar. La
ciudad habia quedado arrasada.
Mas tarde dirian los expertos que fueron
terremotos de nivel medio o moderado pero que la proximidad epicentral a la
superficie y la ubicación del nucleo urbano sobre el eje de la falla asi como
las particularidades del terreno formaron una combinacion explosiva puesto que
la intensidad alcanzó el grado VII. El máximo en la escala de la Red Sismica
internacional.
Han quedado a fuego, en mi corazon y mi
memoria, las imágenes que presencié en Lorca cuando llegué a la ciudad en las
primeras horas de la noche. Gentes deambulando como fantasmas por las calles.
Perdidas y sin rumbo. Personas cobijadas bajo mantas y todo tipo de ropas
ocupando todos los jardines y espacios al aire libre que hay en esta hermosa
ciudad. Todos los edificios, que se mantenian en pie, apagados como espectros
fantasmales de lo que horas antes habia sido vida intensa. El sonido, estremecedor, constante de
sirenas. Los motores de los helicópteros aterrizando o despegando. Personas andando perdidas sin rumbo, como ausentes, focos encendidos,
militares de la UME con vehiculos de todo tipo, lagrimas en los rostros y
gentes que, sin conocerse de nada, se abrazaban para darse el calor de vida tan
necesario en aquellos momentos de desolacion y muerte.
Conforme iba amaneciendo sobre Lorca, una
mañana grisacea y plomiza, la luz del dia iluminaba un paisaje desolador. Donde
hubo vida y alegria, unas horas antes, ahora solo había dolor y sufrimiento.
Destruccion. El caos imperaba por todos los rincones de la ciudad y en
cualquier calle, plaza o avenida tenias que sortear cascotes y restos que
ocupaban la calzada. Incluso de sus impresionantes monumentos, que la
convirtieron un buen dia, en ciudad emblematica del barroco español, se habian
desprendido trozos de gloria e historia dejando destrozos que ni guerras o
revoluciones fueron capaces de hacer siglos antes. La propia fortaleza
medieval, santo y seña de la ciudad milenaria, se habia resquebrajado y sus
torres amenazaban con venirse al suelo en cualquier momento. Mientras, en nueve
familias de Lorca, se velaban los restos mortales de los inocentes que habian
perecido en la sacudida inmisericorde de la tierra. Nueve muertos. Nueve
historias distintas y diferentes. Nueve formas de morir, cada una sin parecerse
a la otra, pero nueve vidas segadas de raiz una luminosa tarde de la primavera
cuando, minutos antes del seismo, gozaban de la vida plena. Silencio,
desolacion y muerte. Lorca está de luto.
HA PASADO UN AÑO
Lorca no ha olvidado ni podrá olvidar, por
mucho tiempo que pase aquella trágica tarde de mayo. Ahora se cumple el primer
año. ¿Se ha hecho algo? ¿Se ha solucionado algo? ¿Cómo esta la situacion actual
en la ciudad?
Son muchas interrogantes para contestar en este
apunte que ofrezco en mi blog. Por eso me voy a ceñir a los datos, en los que
estamos trabajando, para plasmar de la manera mas fidedigna y real lo que esta
sucediendo hoy en la conocida como “Ciudad del Sol” pues, cuando hablas con
gentes de fuera de nuestra Comunidad, se piensan que todo está arreglado y que
Lorca ha vuelto a recobrar la normalidad. Nada mas lejos de la realidad pues la
ciudad sigue con las heridas abiertas, su economia no despega y lo que es peor,
las gentes, las maravillosas gentes de este rincon de España, ya les han salido
surcos de dolor en sus almas pues ven, impotentes, como las administraciones se
pelean entre ellas, los politicos se lanzan continuamente reproches y la pura y
dura realidad del dia a dia es que Lorca sigue estancada en el fango del
olvido, no quisiera decir “desidia”, de los que no han hecho todo cuanto
deberían haber hecho para que esta poblacion, orgullo de Murcia, hubiera salido
ya de la pesadilla donde la incompetencia y la lucha politica le ha tenido
inmersa durante todo un año.
Los numeros hablan por si solos. A dia de hoy,
mas de ocho mil personas no han podido volver a sus hogares. Esto les ha
obligado a alquilar otra vivienda, alojarse con la familia, o buscar ayudas en
segundas residencias de amigos que les han prestado su techo. Sumen a todo esto
aquellas familias que tienen que seguir pagando la hipoteca, los bancos no
tienen culpa de los terremotos ni tienen culpa de nada como siempre, y la
hipoteca sigue llegando todos los meses y el alquiler del cobijo temporal
tambien aparece en las mismas fechas. El agua, la basura, la luz, el teléfono... hay que seguir pagando incluso cuando de aquel edificio solo queda un solar o es una construcción fantasmal. Pero, los pagos, llegan fijos a primeros de mes. ¿Y las ayudas? Esas "ni están ni se les espera"
Las zonas mas dannificadas son el “Barrio de la Viña”, barrio de gentes
trabajadoras que, en muchos casos, consiguieron sus pisos con enorme sacrificio
y muchos de ellos acudiendo a la “vendimia francesa” de temporeros. De ahí que
su nombre, la Viña, recuerde los origenes obreros de emigrantes lorquinos trabajando en tierra extraña. Hoy, a aquellos pioneros del barrio, se han sumado una serie de parejas jóvenes y menos jóvenes que gracias a las modernas
construcciones realizadas en la zona, compraron alli su casa para formar una
familia. Parejas, familias, que arrastran y tienen por delante mas de treinta o cuarenta años de dura hipoteca. Todo o casi todo destruido.
San
Fernando: Una de
las zonas mas deprimidas de Lorca. Con un altisimo porcentaje de familias en
riesgo de exclusion social. De los nueve bloques de viviendas sociales, tres
han sido derribados y los otros seis restantes estan en un estado de ruina
inminente. Hay pisos, en la actualidad, saqueados u ocupados pues sus
residentes no pueden pagar una segunda residencia. El caos es total y los
habitantes de esos bloques corren un serio peligro de perecer en cualquier
momento bajo un amasijo de cascotes. Son los mas humildes, los mas pobres, los olvidados de la sociedad en muchos casos con un alto indice de exclusión social. Parecen haberlos abandonado a su suerte.
Alfonso
X: Barrio pequeño y humilde. Eran aquellas
conocidas como “Casas baratas” del tardo franquismo. Muchisimas de ellas
derribadas y otras tantas en situacion indefinida y sin poder habitarse dado el
estado ruinoso que presentan. Sus habitantes son, en su mayoria, personas
mayores sin recursos, jubilados, pensionistas y enfermos que necesitan
constantemente las ayudas sociales. Muchos de ellos, pese a los informes
tecnicos, siguen viviendo en esas casas pues no tienen donde ir ni posibilidad
de pagar un alquiler. Esperan pacientes que alguien, algun dia, solucione sus
problemas. Una media de edad estimada en los sesenta y ocho años. Pensiones de cuatrocientos euros, en los casos mejores, y viviendo de asistencias sociales que, ahora, con los recortes se ven seriamente en peligro.
Aparte de estos tres barrios, los mas afectados
por la fuerza telúrica, hay otras zonas dañadas a dia de hoy, un año despues,
en la que tambien se han derribado eficios pero en los que la incidencia ha
sido menor. Son zonas en pleno casco histórico, en la Avenida Juan Carlos I, en
el barrio de San Diego o un numero importante e indeterminado de viviendas
unifamiliares repartidas por la extensa huerta lorquina y en especial en la
pedanía de Río.
Esta es solo una pequeña fotografía, a vuelo de
pájaro y sin profundizar, de la cruda realidad lorquina un año despues de los
seismos. Un panorama desolador que ha llevado a muchas familias a situaciones
extremadamente dificiles y complejas ya que, la mayoría, con los edificios
derribados han tenido y tienen que seguir pagando la hipoteca, dichosos
bancos, no pueden reconstruir, no han
recibido las prometidas ayudas y muchas, incluso, no tienen recursos para pagar
ningun tipo de piso o un nuevo alquiler. En algunos casos, mas doloroso, en el dia a dia
tienen que recurrir a unas mas que desbordadas Caritas parroquiales que se ven
impotentes para poder paliar tanto dolor
como hay entre los vecinos.
En lo que va de año mil doscientas sesenta y
cuatro viviendas han sido demolidas al sufrir serios daños en sus estructuras.
Aproximadamente, en la actualidad, unos quinientos edificios continuan en obras
sin que hayan podido volver a ellos sus moradores. Sumando a todos esto,
logicamente, las llamadas “obras menores” que
son imposibles de contabilizar pues es muy rara la casa, especialmente
bajos, que no siguen en obras despues de tantos meses.
Frente a todo este caos unicamente se han
instalado, a dia de hoy, trece viviendas modulares para dannificados que en su
momento, hace unos meses, cedió Cruz Roja Española.
Como decía anteriormente, este comentario, es
unicamente una pequeña aproximacion a la cruda realidad de Lorca un año despues
de aquel trágico once de mayo del año dos mil once. Una pequeña, ínfima, fotografía de aproximación.
Seguiré,
es mi intención, hablandoles del comercio, la agricultura y la economia que,
logicamente, se han visto seriamente dañadas y con consecuencias imprevisibles debido a que numerosos comercios han tenido que cerrar sus puertas ya que mas
de setecientos, según las cifras que baraja la patronal lorquina, CECLOR, se
vieron seriamente dañados por los terremotos y a dia de hoy, de esos, mas del
veinte por ciento no han podido reiniciar su actividad.
Mientras todo esto ocurre, en este hermoso
rincon de España, los politicos de uno y otro signo buscan, en el contrario, el
culpable de semejantes desatinos. El tristemente celebre “y tu mas” se instaló
un mal día tambien en Lorca y se ha perdido muchisimo tiempo, demasiado, en
arrojarse las miserias politicas unos a otros. Pero eso si en las dos campañas
electorales que hemos vivido en este año, tras los seismos, las autonomicas y
municipales mas las generales, todos los lideres, todos sin excepcion, han
querido “manchar” sus caros zapatos de marca pisando solares y poniendo cara
ciscunspecta ante los medios de comunicación que inmortalizaron su presencia en
la ciudad consolando ancianos, acariciando niños o contemplando, con la máscara
del drama, en sus caras, las ruinas de lo que hace tan solo unos meses era vida.
No nos olvidemos de esta ciudad. Nos necesitan
sus gentes mas que nunca. No nos olvidemos de Lorca y los lorquinos. No
pensemos que la normalidad ha vuelto. No miremos para otro lado. Es una labor
de todos y entre todos tenemos que devolver el esplendor a una ciudad que fue,
en su larga y gloriosa historia, protagonista indudable de momentos de
esplendor. Lorca nos necesita igual que el primer dia despues de las durisimas
sacudidas de la tiera. Y, que a nadie se le olvide , un año después, porque LORCA SOMOS TODOS.